La docente instó a trabajar desde temprana edad para que los jóvenes propicien espacios virtuales de intercambio de ideas
La tecnología ha dejado de ser un distractor y se ha convertido en un aliado en la vida cotidiana de las personas. La ciudadanía digital depende de los dispositivos móviles y la presencia pública en los entornos virtuales. Sin embargo, de acuerdo a lo que explicó la doctora María Elena Chan Núñez —investigadora del Sistema de Universidad Virtual (SUV) de la Universidad de Guadalajara (UdeG)—, adscribirse a estos contextos se ha dado como si se siguiera un instructivo y no por medio de una forma educada de ejercer civilidad.
Ejemplificó lo ocurrido en las redes sociales cuando hay coyunturas como un proceso electoral donde, resaltó, el peligro del mal manejo de la imagen pública de las personas que no reflexionan el contenido que reciben y comparten consiste en la difamación, en la creación de noticias falsas, en la confrontación con “lo diferente” y sobre todo en la construcción de ilusiones utópicas.
Añadió que esto se da porque los usuarios crean una idea concebida de que la postura que marcan es lo correcto y remarcó que en la ciudadanía digital no se termina por entender que la inteligencia artificial opera para brindar ese tipo de sensaciones: “nos da más de lo que queremos, más de lo que nos gusta, más de lo que opinamos; entonces, lejos de entrar en un diálogo entre lo diverso, el usuario se engolosina con la red de lo que ya de por sí consume y no concluye”.
Puntualizó que: “Esas falsas ilusiones o la forma en la que se interactúa permite que se abran conflictos que no se enfocan al diálogo. Son temas que se relegan y quedan pendientes; por eso considero que debemos trabajar desde la educación, sobre todo desde la media superior, en aristas que están relacionadas con la conciencia individual y colectiva de la comunicación, debemos ser juiciosos: la ciudadanía digital requiere de conocimiento y participación así como de tener conciencia colectiva que favorezca las decisiones que requiere el entorno en áreas políticas y sociales”.
Chan Núñez refirió que la propuesta más confiable es ejercer una educación cívica pensada en el contexto virtual: “sí pienso que una buena parte del problema se centra en la falta de conciencia: debemos educar no sólo para tener habilidad en la tecnología, sino la gestión de la información, del conocimiento, de la comunicación asertiva, efectiva, ética y objetiva; de la inteligencia —incluso la emocional— eso debe ser parte del currículum y la forma de crear ciudadanos desde el bachillerato”.
Concluyó que la estimulación de valores de participación que se da cuando las personas conviven y opinan, donde todo es público, se reflejará en un bien común. Asimismo aseguró que es el momento de ejercer responsabilidad social, ya que hay problemáticas que atañen a todos y en los que la mayoría de la población se mantiene interesada —como la violencia, el medio ambiente y la inseguridad, entre otros— y sobre todo de que existe el espacio en donde la sociedad marca presencia. “Eso debe ser aprovechado para que se trabaje no solo con seriedad y profundidad sino también con creatividad y el típico humor de las redes. El objetivo es abrirnos y abrir esos espacios por el bien común”.
El Sistema de Educación Media Superior (SEMS) de la UdeG ha lanzado la campaña informativa Ciudadanía Digital, dirigida a estudiantes de bachillerato y usuarios de internet, la cual camina bajo el precepto “¿Qué tanto crees que sabes?”. Las líneas que se manejan abordan sexting (envío de mensajes con contenido erótico o sexual), phishing (abuso informático de implantación de identidad), privacidad, seguridad y ciberligue en internet.