Al acceder a estas aplicaciones autorizamos que obtengan información personal y la compartan con terceros, señala el maestro Gladstone Oliva Iñiguez
Nuestro número de teléfono, fotografías, ubicación, condición socioeconómica y nuestras preferencias o gustos son sólo algunos de los datos a los que pueden acceder ciertas aplicaciones cuando decidimos utilizarlas, información que puede ser compartida con terceros para distintos fines, advirtió el maestro Gladstone Oliva Iñiguez, director de Tecnologías de UDGVirtual.
Explicó que aplicaciones como FaceApp que te muestra cómo te verás en unos años colectan la información y las procesan en sus propios servidores, crean perfiles de usuarios y pueden venderlos a otras empresas, principalmente con fines comerciales.
“Hacen análisis de rangos de edades y sacan determinada información tuya, si eso lo mezclas con que entraste con tu cuenta de Facebook, ahí tienen mucha más información. No es que nos estén robando información es que nosotros no tenemos el cuidado suficiente en lo que divulgamos”, aseveró el experto.
De acuerdo con Oliva Íñiguez, FaceApp es atractiva y tecnológicamente interesante “porque no es el típico filtro que encuentras en Photoshop, esta gente está usando un filtro dinámico con aprendizaje de machine learning como un tipo de inteligencia artificial, y lógicamente es atractivo”.
En el caso de Facebook señaló que también se requieren aceptar ciertas condiciones al registrarse, entre las cuales autorizamos que la aplicación haga uso de nuestra información, de manera que no sirve de nada que los usuarios de la red publiquen avisos en el muro, negando dicha autorización.
“Es un poco ridículo, porque la autorización ya la otorgaste cuando te suscribiste a la red social”, agregó.
El director de Tecnologías indició que algo que sí puede pasar es que la empresa que compre los datos pueda tener una invasión a la privacidad con fines malignos y entonces estaríamos frente a un riesgo mayor.
El consejo que da el maestro Gladstone Oliva, es estar conscientes de la información que estamos compartiendo en las redes sociales, y poner atención en las condiciones de uso que aceptamos al acceder a estas aplicaciones.
“Es pensar qué queremos compartir, no creo que sea malo (usar estas aplicaciones), siempre y cuando uno esté consciente de la información que esté divulgando. Entender que al aceptar servicios sobre todo gratuitos estoy poniendo mi información a disposición de otras personas”, precisó.